Está científicamente comprobado que escuchar música que nos gusta reduce los niveles de estrés. Se ha probado mediante estudios que la música está también involucrada en la misma área del cerebro que el sexo, la comida, la droga y otro tipo de adicciones, y que genera en nosotros un estado de éxtasis donde se liberan neurotransmisores de recompensa tales como la dopamina. Cuando la canción que estamos oyendo nos produce escalofríos, ese es el momento de mayor disfrute.
Sin embargo, no todas las personas responden del mismo modo a los estímulos musicales. Aproximadamente un 5% de la población no experimenta escalofríos, y a esa incapacidad para recibir placer de la música se la ha denominado anhedonia musical.
Podemos experimentar la música como placentera tanto si cumple con nuestras expectativas como si las sobrepasa: cuanto más inesperados son los eventos en la canción, más sorprendente es la experiencia. Apreciamos la música que es impredecible y un poco más compleja.
https://www.psychologytoday.com/es/blog/musica-emocion-y-bienestar
Fiorella GES2B